-Vas a ver -dijoel viento- como con sólo echarme sobre ese hombre desgarro sus vestiduras.
Y comenzó a soplar cuanto podía. pero mientras más esfuerzos hacía, el hombre más oprimía su capa, gruñendo contra el viento, y seguía caminando.
El viento, encolerizado, descargó lluvia y nieve, pero el hombre no se detuvo y más cerraba su capa. Comprendió el viento que no era posible arrrancársela.
sonrió el sol mostrándose entre dpos nubes, recalentó la tierra y el pobre hombre, que se regocijaba con aquel dulce calor, se quitó la capa y se la puso sobre el hombro.
-¿Ya ves -ledijo el sol alviento- cómo con la bondad se consigue más que con la violencia?
León Tolstoi
No hay comentarios:
Publicar un comentario